La protección de los espacios acuáticos contra actividades ilegales y amenazas en general representa un desafío significativo para los gobiernos y las empresas del sector a nivel mundial. Según la Organización Marítima Internacional (OMI), el 90 por ciento del comercio marítimo se lleva a cabo por vía marítima, y actualmente de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) , el consumo de alimentos del mar es cinco veces mayor que hace casi 60 años, y según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) se estima que el crimen organizado transnacional genera 870 mil millones de dólares al año.

“A mayor escala e importancia del comercio marítimo y de las actividades acuáticas en general existe un aumento proporcional en la exposición a las amenazas y a desafíos complejos”.

Nota de nuestro editor

En un artículo publicado por el Diálogo de las Américas en el 2022 las repercusiones económicas de la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) presentaron cifras globales de pérdidas que van desde los 26.000 millones de dólares hasta los 50.000 millones de dólares, es así que el comercio por mar, las rutas comerciales, la pesca ilegal y las infraestructuras portuarias clave son espacios vulnerables y suelen ser las más atractivas para la realización de actividades ilegales.

Los accidentes marítimos y colisiones se suman también a esta lista de probabilidades en aumento, su impacto es proporcional en términos de daños a la infraestructura, pérdida de carga y vidas humanas, en un informe publicado en el 2019 por la Agencia Europea de Seguridad Marítima (EMSA) en los últimos cinco años hubo 23.072 accidentes o incidentes reportados en los años del estudio, con un total de 696 vidas perdidas.

Los estados y las empresas privadas están tomando una serie de medidas para mitigar las amenazas marítimas y los accidentes en el mar, algunas de estas medidas están basadas en mejorar la seguridad marítima a través de la implementación de nuevas regulaciones, la capacitación de los trabajadores marítimos y la mejora de la infraestructura marítima. la Organización Marítima Internacional (OMI) por ejemplo, ha adoptado una serie de nuevas reglas para mejorar la seguridad de los buques, como la obligación de instalar sistemas de alerta de colisión y de extinción de incendios.

Las empresas privadas también están tomando medidas para ayudar a mitigar las amenazas marítimas y los accidentes en el mar invirtiendo y desarrollando nuevas tecnologías para mejorar la seguridad y la sostenibilidad de las operaciones marítimas, un claro ejemplo de este este avance son las mejoras en los nuevos satélites de observación con tecnología de detección por radiofrecuencia (RF) o la nueva constelación del sistema de intercambio de datos (VDES) para el sistema de identifcación automática (AIS) y nuevas capacidades en seguridad para las embaraciones menores como el AIS portátil MT 5000 de Orbcomm.

Los drones o SUAV no se quedan atrás, cuentan con tecnologías avanzadas y diseñados para condiciones especiales como volar sobre el mar, Tekever con el AR5 o el AR3 con capacidades de sensoramiento avanzados utilizados por varios paises para proteger sus fronteras o sus espacios acuáticos o sistemas de drones (SUAV) totalmente automatizados, es decir no requieren pilotos, los “Drones en una Caja” de Easy Aerial son sistemas de grado militar con capacidades de comunicación y gestión remota, por otro lado, los radares digitales de estado solido para la vigilancia y de tráfico marítimo de Hendsoldt-Kelvin Hughes, son radares que permiten en la actualidad detectar embarcaciones de gran velocidad y de tamaño pequeño como los utilizados para el trasiego de la droga y asaltos en el mar y por supuesto Windward AI con su plataforma con algoritmos especializados de inteligencia marítima que entrega inteligencia predictiva para la seguridad comercial y nacional, todos estos elementos son accionables y permiten la toma de desiciones informadas, mejoran la seguridad a la navegación y generan el soporte clave en el propósito de vigilar los espacios acuáticos, detectan actividades ilegales y previenen los accidentes en el mar.

Estas capacidades solo serán posibles si entendemos que las amenazas son transnacionales, hemisféricas y multidimensionales, lo que significa que trascienden las fronteras nacionales de un Estado y sus dominios maritimos, afectan amplias regiones geográficas y tienen múltiples facetas, la piratería por ejemplo puede tener ramificaciones en múltiples países y regiones, debido a que los piratas pueden operar en áreas de alto tráfico marítimo, como el Golfo de Adén, que involucran a múltiples naciones y rutas comerciales, por otro lado, si bien la piratería en el Pacífico Sur no es tan generalizado como si lo es el robo a mano armada, especialmente en los puertos, es un tema de preocupación para la seguridad marítima en los estados costeros de la región. Las autoridades y las empresas navieras vienen tomando medidas para prevenir y abordar estos incidentes, como aumentar la vigilancia y el control, implementar medidas tecnológicas y autónomas de seguridad en las terminales y abordo efectuando una correcta coordinación entre todos los actores locales y regionales.

Por otro lado, el tráfico de drogas a través del comercio marítimo es un problema transnacional que afecta a varios países, debido a que las rutas de tráfico pueden abarcar múltiples jurisdicciones, el contrabando, el tráfico de personas y el tráfico de armas son amenazas que a menudo involucran actividades ilegales que cruzan fronteras y pueden tener un impacto multidimensional en la seguridad y el comercio marítimo, y ahora se suma también el cambio climático, esta amenaza tiene un impacto en las rutas de navegación, el nivel del mar y las condiciones meteorológicas afectando al comercio marítimo en una escala global junto con la contaminación marina, los derrames de petróleo y otros tipos de contaminación impactan al propagarse a lo largo de vastas áreas marítimas afectando a múltiples ecosistemas en varios países.

La cooperación internacional y enfoques multidimensionales a nivel local y regional permite abordar eficazmente estos problemas, siendo los acuerdos internacionales, la coordinación entre naciones y la implementación de medidas de seguridad marítima elementos fundamentales para hacer frente a las amenazas a nivel transnacional y hemisférico, siendo una necesidad imperiosa la creación de oficinas dedicadas a la innovación de la mano del empresariado porque solo juntos podrán tener el éxito esperado, es importante destacar que esta iniciativa está dando los pasos correctos para combatir estas amenazas y reducir la brecha que existente en la creación de capacidades, la Marina de los EE. UU. por ejemplo, inició la  “Oficina de Capacidades Disruptivas” denominada OCD, esta nueva capacidad busca reforzar los esfuerzos en el campo de la innovación militar contra las amenazas, las OCD,s centradas en tecnologías disruptivas puedan adicionalmente a la vigilancia marítima, ayudar a abordar los desafíos económicos y sociales de una región, como la pobreza, la desigualdad, el cambio climático, la inteligencia artificial, la robótica y la energía limpia.

Una de las debilidades que se tienen que vencer para el éxito de la protección de los espacios acuáticos es el de promover la transparencia y la responsabilidad, fomentar la transparencia en la gestión de los recursos marinos y la toma de decisiones informadas puede ayudar a prevenir la corrupción y promover la responsabilidad en la protección de las áreas acuáticas, el fomento adicional de la participación de la comunidad local permitirá coadyuvar en estos esfuerzos por el mejor conocimiento de su entorno, la educación y sensibilización de las comunidades pesqueras promueve la conservación marina y la denuncia de actividades irregulares, enseñar buenas prácticas hace la pesca más sostenible previene los accidentes y minimiza la pesca ilegal.

Hemos expuesto algunas de las medidas que pueden ayudar a proteger mejor los espacios acuáticos contra las actividades ilegales. Es importante que los gobiernos, las autoridades marítimas, el empresariado y la comunidad del sector trabajen juntos para abordar estos desafíos de manera efectiva, las medidas que se estén tomando para mitigar las amenazas marítimas y los accidentes en el mar serán positivas y tendrán el potencial de reducir el riesgo siempre y cuando se trabaje garantizando la seguridad y la sostenibilidad en el tiempo de todos sus elementos y estén apoyados en las nuevas tecnologías, la innovación y las buenas prácticas.